¿Cómo ayudar a los estudiantes a gestionar sus emociones?

Profesor hablando con estudiantes

Los profesores de preparatoria pueden dar ánimos a los estudiantes y dirigirlos a recursos creíbles y a la asistencia cuando la necesiten.

Los estudiantes confían más en sus profesores para que les ayuden a aliviar sus emociones cuando se sienten angustiados. Incluso como administradora, paso mucho tiempo hablando con los alumnos sobre las dificultades a las que se enfrentan socialmente y en casa. Comencé mi carrera en la educación como trabajadora social escolar antes de convertirme en administradora, y naturalmente asumo el papel de consejera cuando es necesario cuando me reúno con algunos estudiantes.

No todo el mundo tiene esa formación, pero la necesidad de proporcionar apoyo emocional a los estudiantes es cada vez mayor, recordemos que necesitamos una escuela preparatoria saludable emocionalmente. Para apoyar el éxito académico de los estudiantes, es esencial que abordemos las necesidades inmediatas relacionadas con su bienestar emocional. Sin la formación y la experiencia adecuadas, es fácil que los profesores y el personal se sientan abrumados.

Tenga en cuenta los siguientes consejos cuando hable con estudiantes que necesitan apoyo emocional.

Identifique si los estudiantes están compartiendo su situación

porque necesitan que usted solucione el problema o simplemente necesitan que alguien los escuche. Sus alumnos no siempre están pidiendo ayuda cada vez que comparten sus sentimientos y experiencias. Lo bueno de estas conversaciones es que los alumnos suelen ver a los profesores y administradores como adultos de confianza. Por lo tanto, es natural que se sientan lo suficientemente seguros como para compartir sus sentimientos y emociones con usted.

No sientas que quieren que hagas un milagro. A veces sólo quieren saber que alguien se preocupa y ve por lo que están pasando. Las siguientes frases muestran al alumno que validas su experiencia y te preocupas por ayudarle:

Ejemplo de guión: “Gracias por compartirlo. Hay que ser valiente para expresar tus sentimientos y emociones. ¿Quieres que te ayude a encontrar una solución o sólo quieres que te escuche? Estoy aquí para ti y puedo ponerte en contacto con la persona adecuada si no puedo ayudarte”.

Profesora explicando a alumnos

La mayoría de los estudiantes sólo quieren compartir sus historias. Responden expresando su gratitud por tener a alguien que les escuche. Es más probable que te vean como un aliado y que sigan compartiendo. Compartir ocasionalmente está bien. Sin embargo, si ves que el estudiante quiere compartir constantemente y eso interfiere con el tiempo de instrucción, podría beneficiarse de una reunión programada regularmente con el trabajador social de la escuela o el consejero. Coordine con esos miembros del personal para determinar un día y una hora adecuados para reunirse. Esto proporciona al estudiante una estructura consistente y predecible en la que compartir y procesar cualquier factor de estrés que esté experimentando.

Todo el mundo experimenta ocasionalmente malestar emocional y desregulación. Puede ser un breve contratiempo, pero no tiene por qué dominar todo el día. Anime a los alumnos a hacer un reset. El restablecimiento permite a los alumnos tomar el pulso y autorregular sus emociones sin necesidad de involucrar a otros.

Hay múltiples estrategias que pueden utilizarse, como respirar profundamente, ir al baño a lavarse la cara, dar un paseo por el edificio, escuchar una canción alegre favorita, jugar con un artilugio sensorial, reírse de un chiste, beber agua, etc. Pregunte a sus alumnos qué es lo que les suele aportar tranquilidad y paz.

Ejemplo de guión: “Me he dado cuenta de que tienes algunas dificultades para gestionar tus emociones en este momento. Creo que puedes darle la vuelta a tu día. ¿Qué te parece si respiras profundamente un par de veces y vas a por un trago de agua que te ayude a refrescarte?”

Profesora explicando

Una vez que se han tomado un momento de pausa, la mayoría de los estudiantes responden volviendo a la tarea. Después de que les hayas aconsejado cómo reajustarse unas cuantas veces, puede que empiecen a autorregularse sin recibir indicaciones tuyas. Si su alumno no es capaz de autorregularse y es una interrupción de la clase, busque el apoyo adecuado para abordar la interrupción. Si es necesario, puede optar por ponerse en contacto con los padres del alumno o solicitar la ayuda de un miembro del personal o de un administrador.

Este consejo funciona mejor cuando se tiene una relación establecida con el estudiante

Tengo algunos alumnos que tienen una presencia constante en mi despacho. Estoy al tanto de sus sueños, esperanzas y planes. Intento conocer su dinámica familiar y sus puntos fuertes. Utilizo lo que sé de ellos para ayudarles a mantenerse centrados en lo que más les importa. Les recuerdo a mis alumnos que los tiempos difíciles no son eternos y que pueden salir adelante. Siempre está bien validar sus sentimientos y emociones aceptando que sus experiencias son duras.

Aunque se trata de una breve charla de ánimo, los alumnos suelen sentirse capacitados para continuar con su día. La mayoría de las personas se benefician de recibir afirmaciones y aprecian el estímulo. Los estudiantes que necesitan un procesamiento profundo probablemente le dirán que necesitan apoyo adicional de un trabajador social o consejero escolar.